lunes, 23 de febrero de 2009

Los Oscars 2009: leche con galletas

Un año más se han entregados los premios de la Academia hollywoodiense y un año más no hay grandes sorpresas, aunque sí muchos premios cuanto menos discutibles. Este, cinematográficamente hablando, deja bastante que desear, todo lo bueno ha llegado al final y, desde luego, los premios gordos estaba más que clarinete dónde caerían.

Slumdog Millionare pues, es la vencedora absoluta y, según mi opinión, merecida de esta edición con 8 estatuillas. Es una película perfecta de cara al público, para gustar a todo el mundo, y de hecho era la que llegaba con más fuerza, energía y frescura. Ahí no entran demasiadas discusiones, aunque sí se puede cuestionar el Oscar para director y guión adaptado. Vale la pena reflexionar por qué es “obligatorio” que los galardones para mejor director y mejor película van de la mano y hasta que punto es justo. No seré yo quién discuta el trabajo de Danny Boyle, pero hablando de propuesta cinematográfica creo que David Fincher y Ron Howard han demostrado sobradamente que merecían esta distinción, sobretodo el primero, que con el curioso caso de Benjamin Button ha canviado su estilo habitual en beneficio de la historia que tenía entre manos, con un resultado maravilloso que merecía algo más que una nominación. Ron Howard, por su parte, consigue que una película que va de dos tipos que charlan ante una cámara resulte trepidante e intensa, y me parece que no se ha reconocido suficientemente su trabajo.

Algo parecido ocurre con los premios a mejor guión (original y adaptado) que fueron para Milk y Slumdog Millionare. Con perdón, lo encuentro casi insultante. Slumdog Millionare es una grandiosa película, pero desde luego como adaptación el Lector le de mil vueltas y un par de docenas de patadas, del mismo modo que Wall-E pisa y repisa el guión de Milk. En este sentido, aprovecho para denunciar el disimulado menosprecio con que se ha tratado Wall-E, que no por ser una película de animación es una película menor. No fuera caso que una película menor gane un merecidísmo galardón que la distinga como la obra maestra que es. No hay más que ver el precedente de la Bella y la Bestia de Disney, cuya nominación a mejor película armó un revuelo de espanto.

Los premios para los actores pero, tengo que decirlo, no me parecen del todo mal. Sólo un poco. Se saldó la deuda historica con Kate Winslet y Heath Ledger recibió su último homenaje, aunque sea póstumo, por su extraordinaria interpretación del Joker, en el Caballero Oscuro. Pene también ganó el premio por méritos propios, aunque en este apartado creo que no hubiera pasado nada si la estatuilla hubiera caído del lado de la Duda, una película que tiene en su enorme reparto su mejor cualidad. El Oscar al mejor actor tiene más miga, ya que creo que Sean Penn no era el que más lo merecía, ya que Mickey Rourke se luce muchísimo más en el Luchador e incluso Frank Langella, interprentando a Richard Nixon en el Desafío: Frost/Nixon, estaba unos pasos por delante.

Así pues, aprovecho por decir, siempre a título individual, que Milk era el gran enchufe de la Acamdemia, que tiene unas raras preferencias por películas que van de la vida de un tipo y que siempre acaban siendo nominadas por el lucimiento del actor más que por la calidad de la cinta en cuestión. El enchufe de Milk y sus correspondientes premios pues, creo que no son más que una mala justificación ante la tremenda injustícia con la que se ha tratado a el Caballero Oscuro, ausente en las categorías gordas a pesar de ser uno de los mejores títulos de este curso cinematográfico y a la que los oscarillos técnicos (salvando el de Heath Ledger), sin duda saben a muy poco.

Con todo esto, opino que un año más los Oscars se van devaluando progresivamente año tras año, por las nominaciones, por premiados finales y, sobretodo, con el decurso de las galas, cada vez más aburridas, sin inventiva y con unos bajones de ritmo que hacen saltar bostezos al ritmo que bajan los cafés para los que tienen el valor seguir en directo la que en teoría es la gran fiesta del cine mundial.

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