Un año más se han entregados los premios de
Slumdog Millionare pues, es la vencedora absoluta y, según mi opinión, merecida de esta edición con 8 estatuillas. Es una película perfecta de cara al público, para gustar a todo el mundo, y de hecho era la que llegaba con más fuerza, energía y frescura. Ahí no entran demasiadas discusiones, aunque sí se puede cuestionar el Oscar para director y guión adaptado. Vale la pena reflexionar por qué es “obligatorio” que los galardones para mejor director y mejor película van de la mano y hasta que punto es justo. No seré yo quién discuta el trabajo de Danny Boyle, pero hablando de propuesta cinematográfica creo que David Fincher y Ron Howard han demostrado sobradamente que merecían esta distinción, sobretodo el primero, que con el curioso caso de Benjamin Button ha canviado su estilo habitual en beneficio de la historia que tenía entre manos, con un resultado maravilloso que merecía algo más que una nominación. Ron Howard, por su parte, consigue que una película que va de dos tipos que charlan ante una cámara resulte trepidante e intensa, y me parece que no se ha reconocido suficientemente su trabajo.
Algo parecido ocurre con los premios a mejor guión (original y adaptado) que fueron para Milk y Slumdog Millionare. Con perdón, lo encuentro casi insultante. Slumdog Millionare es una grandiosa película, pero desde luego como adaptación el Lector le de mil vueltas y un par de docenas de patadas, del mismo modo que Wall-E pisa y repisa el guión de Milk. En este sentido, aprovecho para denunciar el disimulado menosprecio con que se ha tratado Wall-E, que no por ser una película de animación es una película menor. No fuera caso que una película menor gane un merecidísmo galardón que la distinga como la obra maestra que es. No hay más que ver el precedente de
Los premios para los actores pero, tengo que decirlo, no me parecen del todo mal. Sólo un poco. Se saldó la deuda historica con Kate Winslet y Heath Ledger recibió su último homenaje, aunque sea póstumo, por su extraordinaria interpretación del Joker, en el Caballero Oscuro. Pene también ganó el premio por méritos propios, aunque en este apartado creo que no hubiera pasado nada si la estatuilla hubiera caído del lado de
Así pues, aprovecho por decir, siempre a título individual, que Milk era el gran enchufe de
Con todo esto, opino que un año más los Oscars se van devaluando progresivamente año tras año, por las nominaciones, por premiados finales y, sobretodo, con el decurso de las galas, cada vez más aburridas, sin inventiva y con unos bajones de ritmo que hacen saltar bostezos al ritmo que bajan los cafés para los que tienen el valor seguir en directo la que en teoría es la gran fiesta del cine mundial.