La palabra de Lineker

Escribo justo después del partido porque me jode que España esté en la final y escribo en castellano por que me entienda todo español que por casualidad lea esto. El fútbol es grandioso y miserable a la vez: el Madrí ganó la Liga, el Manchester Udt. la Champions en una injusta final i España está en la maldita final de la bendita Eurocopa. Me jode porque se lo han ganado y me jode porque buena parte del país está contenta por ello. Me jode porque los comentaristas de bar que retransmiten en Cuatro me hacen salir salpullidos por todo el cuerpo y me jode porque si España gana la final vamos a estar comiendo Roja durante, como mínimo, dos años.

Me jode no porque sea catalán, me jode porque no soy español y me obligan a serlo. Me jode porque cuando salgo a la calle sólo veo unos cabezahuecas tirando petardos y corriendo con el coche con la bandera y el toro. Estos españoles de Catalunya no están celebrando la victoria de España, están celebrando que los que no somos españoles como ellos estamos de mala leche. De todas formas, soy plenamente consciente de que lo que estoy diciendo es una mera generalización que no engloba a todos los buenos españoles, que los hay, y muchos.

Así, pues, me estoy quejando por qué sí? No, señoras y señores, me estoy quejando por envidia. Me encanta el fútbol, disfruto viendo cualquier buen partido y he gozado un montón viendo esta Eurocopa. Lo que me jode, es que no he podido vivirlo como la panda de pirados y frikis que veía en la tele, todos vestidos con los colores de su país, las caras pintadas, borrachos y todo el día de fiesta con sus conciudadanos europeos. Me jode porque mi país no está considerado como tal y, entre otras cosas, no puede jugar una Eurocopa. Yo tengo que conformarme con esperar a Navidad para que la FEF permita que mi país juegue un partido amistoso contra cualquier equipote de pasmarotes, llámese Ecuador, Eslovenia, Costa Rica o lo que sea. También me jode cantidad la hipocresía de la Federación Catalana, que por una vez que ha podido levantar un poquitín de polvo convocando a Bojan (quién ha renunciado a la Roja, para descansar) para un simple amistoso se ha cagado en los pantalones ante el posible castigo de papá Villar. Me jode porque el partido de navidades ya no cuela, no reivindica nada; sólo sirve para que una panda de ‘mamallons’ de 14 años que escuchan Obrint Pas vayan al Camp Nou pensando que hacen algo por la independencia y, eso sí, beban calimocho.

Por todo esto, sólo espero que el domingo 29, día de la gran final; se cumpla la no poco acertada frase célebre del mítico Gary Lineker, que decía que “el fútbol es un juego en donde juegan 11 contra 11 y al final gana Alemania”. Pues nada, que así sea. Y sinó, bendito fútbol.